Tras las últimas alertas sanitarias detectadas por hortalizas de terceros países
José Antonio Arcos [ 26/03/2011 - 16:59 ]
La mayor parte de las exportaciones hortofrutícolas marroquíes entran a Europa por la frontera española y francesa. Sin embargo, la organización agraria Coag cree que no se ejerce un control efectivo en ellas, a raíz de que las recientes alertas sanitarias por tomate y clementinas marroquíes - que bien han usado sustancias no autorizadas o bien no han respetado el límite máximo de residuos permitido (LMR) - han sido detectadas en Suecia y no en la frontera sur por la que acceden.
“Esto es muy sospechoso porque lo lógico es que si realmente se controla lo que entra de Marruecos estas alertas deberían haber saltado en España o Francia, pero no en el norte de Europa”, señaló Andrés Góngora, de Coag. Sin embargo, una de las primeras promesas de la ministra Rosa Aguilar, cuando asumió el cargo, fue hacer controles fitosanitarios a las hortalizas de Marruecos que entran por España.
Por este motivo, ayer Coag registró un escrito en la Subdelegación pidiendo explicaciones a la ministra.
Además, Góngora se preguntó cómo es posible que John Clarke, miembro de la Comisión Europea, dijese hace unos días que el tomate marroquí es más seguro que el español cuando las alertas sanitarias provienen de Marruecos. Por último, Góngora subrayó que los incumplimientos alauitas no son sólo en fitosanitarios, sino también en precios mínimos.
Doble incumplimiento: en control de precios y en uso de químicos
Sustancias prohibidas y partidas por encima de los Límites Máximos de Residuos Permitidos (LMR). Coag recordó ayer que desde hace semanas se suceden las alertas sanitarias de productos de Marruecos, Turquía y Jordania que entran en Europa sin la crítica del Gobierno español.
Tomate y calabacín marroquí por debajo del precio establecido en el actual acuerdo. En numerosas ocasiones Coag ha denunciado que Marruecos introduce tomate y calabacín a un precio más bajo del establecido, hundiendo las pizarras agrícolas almerienses. Por ejemplo, ayer entraba en frontera calabacín alauita a 0,39 euros/kilo, cuando su precio mínimo es 0,42 euros
Además, Góngora se preguntó cómo es posible que John Clarke, miembro de la Comisión Europea, dijese hace unos días que el tomate marroquí es más seguro que el español cuando las alertas sanitarias provienen de Marruecos. Por último, Góngora subrayó que los incumplimientos alauitas no son sólo en fitosanitarios, sino también en precios mínimos.
Doble incumplimiento: en control de precios y en uso de químicos
Sustancias prohibidas y partidas por encima de los Límites Máximos de Residuos Permitidos (LMR). Coag recordó ayer que desde hace semanas se suceden las alertas sanitarias de productos de Marruecos, Turquía y Jordania que entran en Europa sin la crítica del Gobierno español.
Tomate y calabacín marroquí por debajo del precio establecido en el actual acuerdo. En numerosas ocasiones Coag ha denunciado que Marruecos introduce tomate y calabacín a un precio más bajo del establecido, hundiendo las pizarras agrícolas almerienses. Por ejemplo, ayer entraba en frontera calabacín alauita a 0,39 euros/kilo, cuando su precio mínimo es 0,42 euros
Está claro que los productos hortfrutículas marroquíes cada vez hacen más la competencia a Almería, pero una COMPETENCIA DESLEAL EN PERJUCICIO DEL AGRICULTOR ALMERIENSE Y EN PERJUCIO DE LOS CONSUMIDORES.
ResponderEliminarEstá claro que no jugamos con las mismas reglas del juego: la calidad de las hortalizas y frutas, como consecuencia del empleo de produtos autorizados y del no empleo de los prohibidos, es un derecho irrenunciable de los consumidores por nuestra salud y buena alimentación, y también es un derecho de los agricultores almerienses, pues nuestros agricultores asumen los costes de una producción de calidad y sujeta a controles.
Lo que no está claro es quién tiene intereses en Marruecos y, concretamente, en las explotaciones agrarias marroquíes: sin duda alguna es gente muy influyente pues puede manipular las instituciones españolas y europeas a su antojo, jugando con nuestra salud y con el futuro de miles y miles de familias y trabajadores almerienses.
Las malas lenguas o no tan malas apuntan al oeste de Almería, a la capital de la metrópoli y a las familias de quienes han gobernado en la metrópoli durante lustros, considerando a Almería como una colonia, pero un acolonia donde les cuesta más meter la mano que si el negocio es propio: quizás en Marruecos el chollo es más grande.